La energía eólica se convierte en la segunda fuente de electricidad de Europa

Más rápido de lo esperado, Europa está cambiando su consumo energético a la energía eólica, aunque en algunas regiones, como Francia, Bélgica, Holanda y Alemania aún poseen decenas de reactores nucleares activos.

Diversas fuentes de información reflejan que para finales de 2017 la energía eólica ocupa el segundo lugar en el viejo continente, con un 18% de toda la capacidad energética instalada. Aún debe superar el consumo de gas, pero ya dejó atrás al carbón y está superando a la energía nuclear.

José Simón Elarba Haddad, director de Fospuca, reseña que esto se debe a los constantes esfuerzos para enfrentar al cambio climático, que van desde campañas para reducir el consumo, pasando por los gobiernos que están deteniendo la proliferación de plantas nucleares.

Una inversión de 22.300 millones de euros ha logrado que entre 2016 y 2017 aumentara un 20% la potencia eólica instalada en Europa y para que las energías renovables fueran responsables del 30% de la producción eléctrica del continente.

Este crecimiento está siendo guiado por Alemania, que ya tienen 56,1 gigavatios de potencia eólica con la instalación del equivalente al 42% de los molinos de toda Europa, cubriendo un 20% de su demanda energética.

En esta carrera se suman España, con 23,1 gigavatios y el Reino Unido con 8,8.

José Elarba destaca que este avance de las energías limpias está obligando a otras fuentes a replegarse, a pesar de que la demanda de electricidad en Europa asciende entre 0,5% y 1% cada año.

El 85% de la capacidad instalada de energía en Europa provino de fuentes renovables: 65,5% eólica, 25,4% solar y el 4% de biomasa.